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Cada etapa, una necesidad

 

Durante la infancia, es muy excepcional que una niña, necesite una consulta ginecológica. Solamente deberían preocuparnos alteraciones en el desarrollo que observemos, como malformaciones de sus genitales o de sus caracteres sexuales, sangrados fuera de edades lógicas, algunas infecciones vaginales o vulvares, que serían motivos de consulta.

A partir de la menarquia (aparición de la primera menstruación), cuando el cuerpo y la mentalidad de la mujer, sufren un cambio tan grande; alteraciones en el ritmo del ciclo, sangrados anormales, dolores durante la menstruación. Aparición de vello o acné.

En la juventud, se añaden los consejos anticonceptivos y enfermedades de transmisión sexual.

 

En la época reproductiva de la mujer, la asistencia a su embarazo, parto y puerperio. Planificación familiar responsable. Consejos antes de la concepción. Problemas de esterilidad o infertilidad en la pareja.

Alteraciones relacionadas con problemas frecuentes como endometriosis, pólipos, miomas, alteraciones del flujo.

Dolor pélvico que condiciona tu calidad de vida.

Molestias en los genitales, como picor, ardor, lesiones tipo verrugas...

Prevención precoz de cáncer femenino, alteraciones en la citología y presencia de virus de papiloma humano. 

En la madurez-menopausia. Atención temprana a la aparición de los primeros síntomas. Tratamiento y prevención de la atrofia genital.

Prevención de osteoporosis. Alteraciones de suelo pélvico.

Cada etapa, una necesidad; pero sobre todo CADA MUJER UNA NECESIDAD y en nuestro empeño, la solución.

 

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